Casi nada ocurre por casualidad y así el destino, tras la disipación de Lions in The Purple Shade, hizo que Iñigo Bregel (Crayolaser) y Borja Juanco bautizaran su nuevo proyecto como Los Estanques. Con premura se pusieron manos a la obra, reorganizando la banda (con Germán Herrero, Andrea Conti y Fernando Bolado) y componiendo temas que orientaban su imaginario más hacia una vertiente pop psicodélica que hacia los sonidos negros que los primeros profesaban. Lejos de sonar a lo que se ha venido a denominar en los últimos años como neo-psicodelia.
Los Estanques, poseen una personalidad apabullante. Sin inventar la rueda, pueden presumir de saber hacerla rodar como pocos combos lo hacen hoy en día. Beben (y fuman) de las bandas de los primerísimos 70, aquellas que comenzaban a tontear con los desarrollos progresivos pero aún no habían caido en el tedio del virtuosismo. Sería poner puertas al campo definir con precisión el estilo de los santanderinos. Ardua tarea. Imaginarse a unos Alacrán de Fernando Arbex o a unos Máquina pero menos ''souleros'', más complejos e irónicos y cantando en castellano, solo serviría de ejercicio orientativo y probablemente pecaría de subjetivo. Lo que nada tiene de subjetivo es la certeza de que el siete pulgadas que tenéis delante de vuestros ojos, y que contiene ''Cuantos Valles'' y ''Sentado al Son'', dentro de poco estará agotado y será pieza codiciada por los paladares más exqusitos. Entonces tendré el placer de regodearme de ello y con gusto proclamar : ¡Os lo dije¡ - Raúl Real-
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